viernes, 18 de mayo de 2012

EL PRÓLOGO DEL TESORO ENCONTRADO.




La Conquista de la Felicidad de Bertrand Russell.

El Libro comienza con un escrito del Poeta Walt Witman:

Creo que podría transformarme y vivir

con los animales. ¡ Son tan tranquilos y mesurados !

Me complace observarlos largamente.

No se afanan ni se quejan de su suerte.

No se despiertan en la noche con el remordimiento

de sus culpas.

No se aburren discutiendo sus deberes para con Dios.

Ninguno está descontento, a ninguno le

enloquece la manía de poseer cosas.

Ninguno venera a los otros, ni a su especie

que cuenta miles de años de existencia.

Ninguno es respetable ni desgraciado en

toda la ancha Tierra.


El Prólogo de La Conquista de la Felicidad nos indica claramente que estamos frente a un libro magistral y muy aprovechable por cualquier ser humano sea erudito o no.

"  Este Libro no se escribe para los cultos ni para quienes creen que no deben hablar sino de problemas prácticos.

En las páginas que siguen no se encontrará profunda filosofía ni concienzuda erudición. Mi propósito es hacer algunas observaciones, que me parecen inspiradas por el sentido común. Todo el mérito que atribuyo a las recetas que ofrezco al lector, consiste en que están confirmadas por mi propia observación y experiencia y en que han aumentado mi propia felicidad siempre que he procedido de acuerdo con ellas. Por tanto me atrevo a esperar que algunos de los muchos hombres y mujeres que son desgraciados sin quererlo, encuentren su situación diagnosticada y sugerido el método de escape. He escrito este Libro en la creencia de que mucha gente desgraciada puede ser feliz mediante un esfuerzo hábilmente dirigido. " 


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